Hay un momento en el transcurso de una relación en el que te das cuenta de que todo ha terminado y por delante sólo queda pesar y melancolía, una agonía más o menos larga, más o menos desgarradora. Resulta un instante extremadamente lúcido y a la vez, precisamente por ello, extremadamente doloroso.
En enero de 1981, la revista británica New Musical Express regalaba a sus lectores una cinta de cassette que recopilaba algunas de las propuestas musicales más excitantes del momento en el Reino Unido. La cinta llevaba por nombre C81 y recogía una variopinta muestra del pop británico en los albores de los ochenta.
A Super 8, como a todas las cosas importantes de mi vida, llegué un poco tarde. Pero, como también sucede con todas las cosas importantes de mi vida, ya me ha sido imposible abandonarlo. Hay discos a los que uno vuelve una y otra vez porque se lo pide el cuerpo, porque no tiene más remedio. Hace poco hablaba de El Niño Gusano.
Se quejaba Nick Hornby, en un pasaje de su imprescindible novela autobiográfica Fiebre en las gradas (1992), de que la gente que sólo lo conocía en su vertiente futbolera le preguntaba casi con monosílabos qué tal iba su Arsenal, volviéndose de inmediato para hablar con otro interlocutor de la vida en general, como si ser un ferviente hincha de un club de fútbol lo inhabilitara para ser capaz de sostener una conversación sobre cualquier asunto medianamente serio.
Sucedió a mediados de los noventa. En una de esas tardes perezosas que pasábamos escuchando música y hablando de vete tú a saber, mi amigo Paco me enseñó un disco que de inmediato me llamó la atención por su portada. En ella aparecía la fotografía de un atractivo futbolista con los brazos caídos, camiseta roja, melena al aire y abundante barba.
¿Eran los Beatles aficionados al fútbol? ¿A qué equipo animaban John, Paul, George y Ringo? ¿Charlaban entre ellos sobre goles, tácticas y penaltis cuando aparcaban los instrumentos? Medio siglo después del debut discográfico de la banda, estas sencillas cuestiones siguen sobrevolando la leyenda del grupo que cambió el rumbo de la música pop.